El Mac de los iniciados
El Mac mini siempre se ha considerado en cierta manera como el equipo ideal para iniciarse en el mundillo de macOS y la verdad es que el nuevo Mac mini con chip M1 parece mantener esa esencia. Con un identidad que se mantiene por tanto casi inalterable, en esta ocasión nos encontramos con una propuesta que puede que sea incluso más interesante tanto por precio como por rendimiento.
En temas de diseño, eso sí, no te vas a «encontrar» nada que no hayas visto ya. El Mac mini de nueva generación es físicamente idéntico a los últimos modelos con procesadores Intel que hemos visto en el catálogo. Un equipo muy elegante y atractivo a la vista, con una caja de dimensiones reducidas, fabricada en aluminio y con esa calidad de acabados a los que nos tiene acostumbrado Apple en prácticamente todos sus productos.
Su gracia (y belleza, que diría el dicho) está por tanto en su interior: una nueva arquitectura, el sistema en chip M1, que integra la CPU, la GPU, el Neural Engine, E/S y mucho más en un diseño pensado para ser más eficiente, gracias al aprovechamiento que hace de sus recursos y a cómo ahora hardware y software se dan la mano más que nunca, bajo el control del mismo fabricante.
En el caso de la unidad que hemos podido probar, se trata de la versión con 8 GB de RAM, una configuración base (es lo mínimo que puede montar) que nos ha demostrado ser capaz de comportarse mucho mejor que otros equipos con una hoja técnica a priori superior, con dos y hasta cuatro veces más RAM. Al final esa es la magia de la optimización que Apple ha perseguido con este nuevo planteamiento y que podría encontrar su paralelismo a la manera en que trabaja con sus iPhones.
El rendimiento: la clave está en la optimización
No acompañaremos esta experiencia con becnhmarks a diestro y siniestro (ya habrás visto datos y números de todo tipo); en su ligar, preferimos hablarte de cómo esta gama, más enfocada al usuario de nivel consumidor y no profesional, ha llegado a rendirnos de forma espectacular en muchas tareas donde otros Mac con Intel y precios muy superiores pueden llegar a sufrir.
Como podrás imaginar, en tareas cotidianas, de corte ofimático y similares (redactar documentos, editar imágenes de forma básica, navegar, etc.), el equipo ha sido capaz de desenvolverse sin problemas, con una velocidad del disco duro que se nota, ya que la apertura de aplicaciones y acceso a los datos ha sido prácticamente instantáneos. Pero, ¿qué ocurre con tareas más exigentes, más de corte profesional como puede ser la edición de vídeo? ¿o qué ocurre con los juegos?
Pues la experiencia en el primero de los casos ha sido muy satisfactoria, teniendo en cuenta, claro, la optimización de las aplicaciones. Si estas han sido portadas ya a la nueva arquitectura, se nota cómo se aprovechan todas las ventajas que ofrecen los distintos núcleos de CPU y GPU así como las unidades específicas que ha integrado Apple en el SOC para mejorar procesos como la codificación de vídeo o el uso de acciones que requieren inteligencia artificial. Es el caso de Final Cut Pro, Davinci Resolve o la versión actual existente de Lightroom -aunque en esta última hemos encontrado algún pequeño fallo sin importancia-; rendimiento el de todos ellos que hace además imaginar que cuando se lancen equipos con más cores, los resultados van a ser aún mejores.
Sin embargo, cuando se recurre a Roseta para emular aplicaciones sólo disponibles para procesadores Intel con arquitectura X86, la cosa cambia. El rendimiento no es un desastre, no nos malinterpretes, pero sí se nota que no llega a ofrecer todo lo que podría dar de sí el equipo debido a esa traducción de instrucciones que ha de realizar.
El tema juegos es harina de otro costal, ya que aquí la clave está en cómo se aprovecha Metal. Este conjunto de instrucciones gráficas permite que los Mac ahora sean mejores equipos para gaming, aunque debes tener en cuenta que un PC con procesador Intel o AMD y una gráfica dedicada de NVIDIA o la propia AMD seguirá ofreciendo mejor soporte, especialmente en los juegos más exigentes. La mejora gráfica por tanto es real y si quieres disfrutar de algunos juegos en tus ratos de ocio, vas a poder hacerlo sin problemas, pero este equipo sigue sin ser un dispositivo especialmente para este propósito, no te confundas.
¿Merece entonces la pena?
Con todo esto, el Mac mini está claro que ha dado un salto importante frente a la anterior generación con procesadores Intel. Es verdad que se han perdido características como un mayor número de puertos Thunderbolt o la conexión Ethernet de 10 Gigabit. Se supone que Apple habrá considerado que estos equipos no van destinados a ese nicho de usuarios que requiere una conexión por cable tan rápida, pero igualmente hubiese estado bien mantenerla.
Por lo demás, y sin ser un equipo perfecto, sentimos que como primer Mac o equipo de sobremesa para un usuario medio, puede ser una opción bastante interesante, incluso en su configuración más básica, ya que obtienes una máquina muy capaz a un precio atractivo. Eso sí, si ya tienes un Mac con procesador Intel, tampoco te animaremos a que lo tires por la ventana y apuestes por el M1. La anterior generación sigue ofreciendo muy buenos equipos, capaz de ejecutar tareas en las que, hasta dentro de un buen tiempo, serán más solventes que los Mac con M1.
Pero, por todo lo demás, creemos que el Mac mini M1 es una buena opción para dar el salto a la plataforma por lo que si estabas dispuesto a darle una oportunidad, probablemente no te arrepientas de ello.
Puedes comprarlo ahora en YAPHONE en OFERTA aquí –> enlace web
Comentarios de Yaphoners en Facebook sobre este tema